• El lugar del maestro, modernidad, educación y pedagogía.


     

    Ubicar el lugar del maestro, profesor, guía, tutor, es ubicar el lugar que ocupa la educación como un todo, dada esta premisa, sabemos que desde los albores de la modernidad y más específicamente desde la ilustración, la razón ocupó un lugar sin precedentes en la historia de la humanidad. Si bien sus efectos han permitido que el ser humano sobreviva en esa segunda naturaleza y que la educación sea el medio para tal fin, ¿a cambio de qué?


    Si bien es cierto que la educación se planteó para salir de esos estados básicos dado por la naturaleza del ser-humano, vemos como en pos de la razón y de esa necesaria pero vagamente utilizada acumulación de saberes, se limita la esencia humana. Modifica preconcepciones, se alimentan o destruyen dogmas, se perpetúa la razón, pero, se domina la voluntad de los individuos.



    No digo que la educación en si sea mala o buena simplemente que esta ha sido un instrumento histórico de control, de encasillamiento y que depende de los intereses generados por el poder de la sociedad. Alguna vez leí un libro de Aníbal Ponce, «educación y lucha de clases» que solidifica mi anterior premisa, en el describe como la educación ha servido para mantener el status quo de dominancia del poder, dependiendo del momento histórico que le corresponda.

    Después de la revolución francesa y dando fin al viejo régimen, la educación permite ser el vehículo de la libertad, sin embargo, quedamos nuevamente encasillados bajo el control del Estado nación. Estado nación que pretende cosificar ciudadanos. Por otro lado, el capitalismo y la revolución industrial y tecnológica cambia las dimensiones del ser humano degenerándolo en un ser egoísta y que solo busca su propio beneficio.

    Ahora bien, si observamos detalladamente el hecho educativo, podemos comprobar que la libertad está sujeta a ciertos criterios, que tanto subjetivos como objetivos determinan «el cómo» de su aplicabilidad, de su enseñabilidad.

    Es así como la práctica educativa en la escuela coacciona la libertad del individuo en pro de su socialización, un ejemplo claro es la dinámica propuesta por el ministerio de educación el cual busca estandarizar a los educandos bajo unos criterios que pueden terminar de alguna forma socavando la libertad de los individuos. Por ley, los establecimientos educativos tienen que adherirse a dichas políticas, sin embargo, al interior del aula otra dinámica se genera, alguna vez un estudiante me dijo que para él «la escuela es el lugar donde se encuentran estudiantes con pocas ganas de aprender y maestros con pocas ganas de enseñar», en pocas aulas se evidencia el deber ser de la educación, o a lo mejor se presenta, pero con algunos matices que obstaculizan dicho proceso.

    Si bien, la educación en occidente busca la libertad y la autonomía del ser humano para volverlo moderno, vemos como al interior del aula hay estructuras de poder dadas desde la disciplina, la cual podría llamarse técnica de control y de dominación de la voluntad; inclusive se presenta en el aula estructuras subjetivas que modifican o permean las subjetividades y más aún los principios éticos de los estudiantes.

    Para terminar, sabemos que modernidad y educación hacen parte de un mismo todo, el todo que generó la explosión de la razón. La ciencia ejecuta los planes de la razón humana y hace posible que la naturaleza se ponga al servicio del ser humano. (Pero esta es otra discusión) sin embargo hablar de autonomía y libertad en términos de modernidad es hablar de una ética occidental en términos kantianos, los cuales, no son más que utopías o sofismas de distracción frente al armazón de sociedad que es entendible desde el análisis foucoultiano de vigilar y castigar.